La primera vez puede resultar muy impactante en muchos aspectos de nuestra vida. Algunas personas todavía recuerdan esos nervios que sentían cuando tuvieron que acudir al cole por primera vez, con su mochila nueva y sin saber muy bien a lo que se enfrentaban. O su primer día de trabajo, con la ilusión de comenzar una nueva etapa pero siendo todo desconocido.
Tu primera experiencia en una moto de agua tampoco la vas a olvidar. Seguro que al principio estás nervioso, con esos nervios que anticipan algo divertido y que tienes muchas ganas de hacer. Pero también con un montón de preguntas en la cabeza. ¿Será fácil de conducir? ¿Podré pilotarla a toda velocidad?
Todo comienza con una pequeña charla
La antesala a todas las sensaciones que se producen sobre una Jetski es nuestra charla previa a la actividad. Que nadie se preocupe, es muy breve y divertida. Nadie va a soltar una chapa imposible de recordar. Se va a explicar lo básico para que todo el mundo vaya seguro y para que todos sepan como manejar la moto de agua en sus aspectos más básicos.
No pretendemos que nadie salga convertido en piloto experto, sino que se sepa arrancar, parar y cuatro trucos para disfrutar al máximo la experiencia. A partir de ahí, el resto lo iréis aprendiendo sobre la marcha.
Es normal que estas charlas veamos a la gente muy ansiosa y con ganas de comenzar. Nosotros también estamos deseando ir al mar, es nuestro ambiente. Así que no vamos a entreteneros más de lo necesario.
Y llegó el momento
Tras la charla llega el momento de subirse a las motos de agua. Para los que es la primera vez, todo es una sensación nueva. Desde los olores hasta el tacto. Pero nada más subir, la gente suele tener la sensación de que todo está pensado para estar a gusto.
Y, cuando se oye el motor arrancando, algo sube por el estómago. Unas mariposas que no tienen que ver con las del enamoramiento, pero que son también intensas y algo desconcertantes. Y, por fin, llega el momento de comenzar a deslizarse sobre el agua.
Al principio, seguramente, algo lento porque hay una inseguridad. Pero pronto la moto pedirá más y más y estaréis dándolo todo, con esa adrenalina que sale por cada poro y os empuja a probar más y más cosas. ¡Y todo esto no se olvida!