Los amantes de las motos de agua tarde o temprano acaban por sacarse los permisos para poder pilotar sus propias motos. En otros casos, el permiso se ha obtenido para otras embarcaciones de recreo, pero también les capacita para las motos de agua.
Pero esto no quiere decir, necesariamente, que haya que comprarse una moto de agua y que ese sea el paso necesario a seguir.
Motos de agua para ocasiones concretas
Si vives en el interior y solo vienes a la costa en ocasiones concretas como un puente o unas vacaciones, seguramente no te compense tener tu propia moto de agua. No son baratas y necesitan de un mantenimiento. También vas a necesitar alquilar un lugar en el que guardarla. Por tanto, tendrás gastos durante todo el año por algo que, al final, solo vas a usar unos pocos días.
Si alquilas una moto de agua para llevarla tú mismo el precio es económico y una vez que devuelvas la moto no tendrás ninguna responsabilidad. Nin limpiarla, ni guardarla ni hacer revisiones.
Motos de agua cuando cambias tu punto de vacaciones
Incluso hay personas que no veranean siempre en los mismos lugares. Prefieren variar y conocer sitios diferentes. Si eres una de estas personas ¿vas a viajar siempre con tu moto de agua? No sería nada práctico.
Lo ideal es alquilar una moto allá a donde vayas durante las vacaciones y olvidarte de transportes y de puestas a punto. Además, solo pagarás por los días que realmente vayas a usar la moto y no tendrás que estar pendiente de dónde se guarda o de si está segura durante todas las vacaciones. Un quebradero de cabeza menos que, en vacaciones, siempre es bueno solucionar.
Bonos que te lo ponen más fácil
En nuestro caso contamos además con un aliciente para quienes quieren disfrutar a tope la moto de agua. Bonos para salidas. Estos bonos están pensados para quienes necesitan un monitor pero podríamos darte un presupuesto si ya tienes tu propio permiso y quieres alquilar con frecuencia la moto de agua en vacaciones.
O incluso puedes aprovechar los bonos para salir con monitor y llevar amigos que puedan descubrir también el placer de la moto de agua y entiendan el por qué te has apasionado tanto con ellas. Y es que solo hay que pilotar una, una sola vez, para amarlas.